InGentibus intenta perseguir sus objetivos movilizando
recursos que financian proyectos geográficamente dispersos,
ejecutados en contacto directo con las personas y territorios que
supuestamente se beneficiarán de ellos. Las actividades de
InGentibus no se realizarán a través de las estructuras
administrativas centralizadas y gubernamentales sino, por el contrario,
en contacto con los grupos relevantes de las diferentes sociedades.
En este contexto, tendrá gran importancia la cooperación
de InGentibus con redes mundiales ya existentes de recursos
humanos de gran potencial, tanto cultural como operativo, como por
ejemplo las vinculadas a la Iglesia.
InGentibus no limitará sus actividades
sólo a las comunidades cristianas, sino que por el contrario
aspira a promover el diálogo también con diferentes
culturas y religiones. Se considera que, en general, la ciencia
y, en particular, las ciencias naturales son los medios adecuados
para estimular el diálogo entre las diferentes culturas de
forma objetiva.
Los nuevos desarrollos tecnológicos pueden
contribuir al proceso de cambio de la sociedad y del mundo del trabajo
afectando a todas las personas en el mundo, de forma que se favorezca
la dignidad humana. Para lograr esto incluso en lugares aislados
o alejados del centro, la tecnología punta ha de aligerarse
(es decir, hacerse portátil) y esto último puede conseguirse
gracias a la miniaturización aplicándose las micro-
y nano- tecnologías que están emergiendo.
Alcanzar los estándares adecuados en los campos
de la sanidad, la protección del medio ambiente, la educación,
la cultura y la economía social es igualmente importante
para el desarrollo del hombre y su dignidad.
Y volviendo a nuestra primera afirmación,
podemos decir que el concepto de "pobreza franciscana voluntaria"
garantiza que InGentibus sea gestionada estrictamente con el
propósito de promover la dignidad humana y estimular el desarrollo
social y cultural mundial.
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